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PELÍCULAS / CRÍTICAS España

Crítica: La casa

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- La luminosa tercera película de Álex Montoya puso a llorar al Festival de Málaga con un argumento, basado en el cómic de Paco Roca, donde resulta demasiado fácil quedarse a vivir

Crítica: La casa
David Verdaguer en La casa

Presentado en la sección oficial del último Festival de Málaga (allí obtuvo las Biznagas de Plata a mejor guion, mejor música y la del premio del público junto al Premio Feroz Puerta Oscura, el galardón del Jurado Joven y también una mención especial del Signis), La casa, que se estrena el 1 de mayo en cines españoles, distribuida por A Contracorriente Films, es el tercer largometraje dirigido por Álex Montoya tras Asamblea [+lee también:
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, que en ese mismo certamen, en su sección Zonazine, se alzó con tres trofeos en su edición de 2021.

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Pero ha sido en la reciente donde se ha confirmado como un cineasta capaz de unir la emoción con el aplauso del público, subiendo un peldaño hacia la comercialidad sin descuidar la calidad. Todo ello gracias al cómic homónimo de Paco Roca (de quien previamente se han llevado obras a la pantalla, con mayor o menor eficacia, en Arrugas [+lee también:
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) en el que se inspira, a un elenco coral en perfecta y admirable armonía y, sobre todo, al asunto abordado con el que resulta bastante sencillo identificarse.

Porque… ¿quién no ha sufrido conflictos familiares cuando han fallecido ese pegamento infalible que eran los padres? ¿Y cómo no disentir a la hora de repartir o decidir sobre prometidas herencias? De esto habla La casa, que apenas transcurre en una vivienda y durante pocos días: allí acuden tres hermanos –interpretados por unos magníficos David Verdaguer (que acaba de llevarse su segundo Goya por Saben aquell), Lorena López (actriz valenciana a quien no hay que perder de vista) y Óscar de la Fuente, que saca a flote y con nota alta al personaje más antipático de la función– tras el fallecimiento del padre (Luis Callejo) de todos ellos, dispuestos a debatir si venden la vivienda donde pasaron tantos veranos o alguno se queda con ella.

Pero, como suele ser habitual en este tipo de encuentros –o encontronazos– saltan chispas y emergen rencores enquistados, envidias, competencias y, sobre todo, se perpetúan los roles enquistados desde la más tierna infancia.

Aunque a priori el argumento de La casa no parezca el colmo de la originalidad, la empatía que despiertan personajes (hay también que destacar las precisas interpretaciones de unos secundarios Olivia Molina, Marta Belenguer, Miguel Rellán y María Romanillos) y situaciones, así como un uso delicado y sensible de la música y del objetivo de la cámara, capaz de valorar los detalles, empujan a la película hacia ese territorio íntimo que todos atesoramos (con el duelo y los recuerdos en primer plano), haciéndonos revivir identificables momentos tristes, emotivos y complejos de nuestras relaciones familiares. Por todo ello en el reciente Festival de Málaga no sólo arrancó numerosos aplausos, sino también muchas lágrimas.

La casa es una producción de Raw PicturesNakamura Films y Haciendo la casa AIE. De su exportación se ocupa Latido Films.

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